¿A qué desafíos se enfrenta el sector agro?

La pandemia, la guerra de Ucrania, la sequía que ha asolado varios países europeos como España, el aumento de los precios de la energía o la elevada inflación son factores que, combinados en un cortísimo periodo de tiempo, han provocado una situación difícil de imaginar hace apenas unos años. Aun así, si no se hubiera apostado por una rápida automatización de los procesos, el escenario podría haber sido peor. Por eso, la pregunta obligada es, ¿a qué retos se enfrentarán las cadenas de suministro en el futuro a corto y medio plazo?

Los desafíos no son pocos y varían en función de los parámetros que nos detengamos a analizar y también del tipo de empresa. Existe, no obstante, un denominador común que constituye un reto para todo el sector: la digitalización de la red de distribución. Una aspiración que no puede tener éxito si no se facilita el intercambio de datos entre los distintos agentes a lo largo del proceso de producción y distribución. Pero esto no es todo.

🟢Temperatura y plazos de entrega

– “Los precios y la disponibilidad de las materias primas, los costes energéticos o la búsqueda de proveedores de confianza a largo plazo son otros de los quebraderos de cabeza a los que tienen que atender las empresas del sector agrícola. También hay que añadir a esta lista una falta de previsión a la que últimamente no ha quedado más remedio que adaptarse dadas las circunstancias; todo ello sin olvidar la necesidad de alinearse con estrategias de desarrollo sostenible y la reducción de la huella de carbono en la producción y el transporte”, subraya Ilona Wzgarda, responsable de la división de organización de De Heus Polska, empresa internacional productora de piensos para la industria ganadera.

“La temperatura y los plazos de entrega de los productos desempeñan un papel fundamental en la producción alimentaria. Esto se aplica principalmente a la distribución de verduras, frutas y productos cárnicos, aunque va mucho más allá. Las interminables colas frente a los puertos, por ejemplo en el de Gdansk en Polonia, ponen de manifiesto todos los cuellos de botella que hay actualmente en la distribución de cereales. Todo ese tiempo que se tarda en cargar el grano o el maíz, que luego se envía a Alemania, Países Bajos, Suecia, Gran Bretaña y también a países africanos, repercute en la calidad, ya que durante las largas esperas el grano puede mojarse, pudiendo producirse más complicaciones en la manipulación de la carga y el cumplimiento de los plazos contractuales”, explica Tomasz Okoński, Jefe de Logística de Osadkowski sp. z oo. La empresa suministra fertilizantes y productos fitosanitarios a los agricultores y se encarga de la compra de productos agrícolas.

¿Qué se puede hacer ante una situación así? Una de las posibles soluciones es optar por la planificación de entregas y un servicio de seguimiento del transporte para facilitar el proceso de descarga y minimizar los tiempos de espera. Mientras esto no ocurre, en plazas como Gdansk hay que esperar hasta 30 horas para efectuar la descarga, hecho que causa frustración entre los transportistas, sabedores de que están perdiendo otras operaciones durante este periodo. Además, las colas de camiones no se limitan a los puertos y silos, sino que también pueden verse frente a fábricas de alimentos y plantas de procesado donde se entregan grano, aceites y otros productos agrícolas.

🟢La automatización es una necesidad

Ya hemos visto que la falta de automatización de las entregas afecta a la mayoría de las empresas que operan en el sector agrícola. ¿Cuál es, por tanto, el principal problema? Como ya se ha avanzado, los cambios que afectan a todo el proceso tienen más sentido cuando se aplican al conjunto de la cadena de suministro. – “Entendemos perfectamente la necesidad de automatizar las entregas. Utilizamos un sistema propio para gestionar el transporte de productos agrícolas, reduciendo así la dependencia de archivos Excel y papeleo. Sin embargo, es difícil convencer a muchos de nuestros colaboradores para que adopten herramientas similares”, comenta Tomasz Okoński, Director de Logística de Osadkowski sp. zoo.

El problema radica, por tanto, más en la mentalidad que en los costes de implantación. Es una realidad que, para las empresas cargadoras y transportistas que utilizan soluciones digitales, como la implantación de la gestión de muelles por franjas horarias, el seguimiento de las órdenes de transporte o el cálculo de tarifas de transporte por tonelada; estas no resultan díficiles o costosas de implementar. El cálculo de precio de transporte por tonelada, en particular, es aún poco conocida en el sector agrícola. Sin embargo, es un tesoro aún por descubrir ya que simplifica de un modo notable el proceso de gestión y regulación del transporte de cargas a granel como cereales, piensos, fertilizantes y otras materias primas y productos agrícolas.

Eso sí, mientras no se implantan esas herramientas, las mermas durante el transporte de productos a granel son, por desgracia, algo habitual en la industria alimentaria. Eso sí, de este modo, la liquidación de la carga transportada hace que todo el proceso sea más transparente, más fácil de medir y más objetivo.

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• Robert Kutera
• Director de Producto de CargoON, experto en la cadena de suministro
• Nuestra investigación demuestra que la distribución de productos a granel está regulada de forma diferente a las entregas en otros sectores. Aquí hay que lidiar con la posible pérdida de producto y un control de calidad constante. Por ello, hemos añadido la posibilidad de poder pagar en la plataforma por tonelada de mercancía transportada en lugar de por transporte. Además, todo es más transparente y visible en el sistema, empezando por la aceptación de una oferta de transporte, la determinación de las condiciones de la orden, hasta la ejecución efectiva del transporte y el pago según el peso declarado de la carga.

🟢La frescura es clave

La automatización de los procesos y la aplicación de mejoras a lo largo de toda la cadena de suministro son esenciales para garantizar que los productos lleguen lo antes posible al productor (agricultor, empresa de la industria alimentaria, etc.) y, en última instancia, a la mesa del consumidor. En el caso, por ejemplo, de la distribución de frutas y verduras frescas, la rapidez del transporte es crucial para el éxito de toda la operación. “El suministro de alimentos a las grandes ciudades sigue siendo un reto enorme. Los productos frescos de alta calidad son muy apreciados, pero difíciles de producir y de transportar a largas distancias”, confirma el profesor Woody Maijers, de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Inholland.

El Informe de Riesgos de la Cadena de Suministro de Alimentos, Bebidas y Agricultura de marzo de 2023 (de WTW) también hace hincapié en este punto. El informe resume las amenazas a las que se enfrentan las cadenas mundiales de suministro de alimentos, aunque tembién señala grandes oportunidades para reducir las posibles crisis en las soluciones inteligentes. “Las soluciones tecnológicas también pueden garantizar una mayor calidad de los productos. Estas tienen el potencial de reducir la cantidad de productos estropeados en la cadena logística, por ejemplo, mediante el uso de la telemática y el IoT (Internet de las Cosas) para rastrear las mercancías en tránsito y supervisar su estado”, añade Simon Lusher, líder global de alimentos y bebidas de WTW.

La Unión Frutícola Polaca también destaca la importancia que supone garantizar la frescura y durabilidad de los productos. Los productos polacos están mayoritariamente en el mercado comunitario, pero también llegan cada vez más a mercados asiáticos y africanos, como Egipto, Jordania, Emiratos Árabes Unidos o Arabia Saudí. En países con climas cálidos, las altas temperaturas se convierten en un reto extra si los exportadores quieren que el consumidor final reciba los productos con todas sus propiedades. El acceso a contenedores refrigerados ya no es un problema, pero los exportadores también tienen que garantizar la calidad de las mercancías durante la distribución en los países de destino, como Colombia y Costa Rica.

🟢Inversiones y más inversiones

Los productores polacos exportan sobre todo fruta y productos lácteos y estos son productos que requieren la temperatura adecuada, especialmente durante el transporte a países cálidos. El sector se ve favorecido por unos costes de transporte más bajos, lo que es de gran importancia en vista del aumento de los precios de producción. No solo están bajando los precios del transporte marítimo, sino también los del transporte por carretera.

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• Paulina Kopeć
• Secretaria general de Fruit Union
• La puntualidad de las entregas y la disponibilidad de los productos durante todo el año son otras de las demandas que cada vez cobran más importancia. Los importadores de países africanos o asiáticos esperan fruta de alta calidad no solo cuando se carga en origen, sino, sobre todo, cuando llega la hora de ponerla a la venta en el destino. Esto cuesta dinero y requiere inversiones adicionales en calidad.

Sin embargo, la reducción de los costes de transporte, si la comparamos con hace un año, es transitorio ya que a medida que aumente el crecimiento económico, la demanda de transporte volverá a subir rápidamente, junto con los costes de transporte. Una vez más, sin herramientas tecnológicas, el sector agrícola podría sumirse en el caos. – “Hace tiempo que dejamos atrás la era del Excel en la logística, pero eso no significa que el proceso de digitalización haya terminado para nosotros. Somos conscientes de que aún queda mucho por mejorar. Desde el punto de vista logístico, tenemos que optimizar nuestros sistemas para estar a la altura de los tiempos”, afirma Ilona Wzgarda, de De Heus.

Los retos para las cadenas de suministro del sector agrícola 💡

1. Aplicación de los principios de sostenibilidad. Tarde o temprano, todos los actores de la cadena de suministro tendrán que aplicar los principios ESG en su día a día. La obligación de presentar informes no financieros y de medir la huella de carbono para las grandes empresas a partir de 2024 conllevará una reacción en cadena. Los productores y proveedores que no midan la huella de carbono de sus actividades (y no reduzcan sus emisiones) quedarán irremediablemente excluidos de la cadena de suministro.

2. Acopio de materias primas. La incertidumbre en los suministros, especialmente al hablar de la producción de piensos, aditivos para piensos, materias primas o productos intermedios; está creando la necesidad de tener que hacer almacenamiento. Sin embargo, la falta de espacio puede causar limitaciones en el suministro de productos manufacturados. Una solución podría ser acortar la cadena de suministro entregando los productos acabados directamente al cliente.

3. Costes de producción. Ante el aumento de los costes de producción, el reto de las empresas del sector agrícola es mantener un precio competitivo. El aumento de los precios de la energía, los costes de las materias primas y los productos intermedios, la distribución, así como los costes de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero conducen inevitablemente a un aumento de los precios de los productos. Aun así, las consecuencias de una reducción drástica de los costes pueden ser muy graves. Por ejemplo, debido al aumento del precio del gas en los Países Bajos, la producción de tomates de invernadero se desplomó.

4. Automatización de los procesos de gestión de la cadena de suministro. Las largas colas en los almacenes son el mejor indicador del nivel de digitalización de las redes de distribución. La gestión eficaz del suministro no es posible sin el intercambio de datos entre los actores de la cadena alimentaria ni sin sistemas de planificación de entregas y trazabilidad del transporte. Los transportistas están evitando cada vez más aquellos pedidos que les expongan a largas colas en los puertos, en los silos o en los almacenes de las empresas alimentarias.

5. Inversión en FER. La dirección marcada por la Unión Europea que impone la consecución de la neutralidad climática y el uso de fuentes de energía alternativas también está provocando cambios en el sector agrario. De hecho, algunas empresas ya están invirtiendo, por ejemplo, en energía fotovoltaica para iluminar almacenes y otras estancias. Las inversiones en FER también reducen los costes asociados a la compra de electricidad, lo que, a su vez, ayuda a reducir los costes de explotación. Eso sí, para ahorrar dinero, primero hay que invertir.