¿Habrá escasez de baterías para camiones?
El Tribunal de Cuentas Europeo ha vuelto a dar un tirón de orejas a la Comisión Europea en sus informes. Si hace apenas unos meses el Tribunal criticaba a la CE por su tardanza e incoherencia en la aplicación del transporte intermodal, ahora lo ha hecho por ser demasiado lenta en materia de electromovilidad.
Y lo ha hecho, concretamente, en el tema de la producción de baterías, una de las piezas clave dentro de los planes de descarbonización del transporte. Porque no queda tanto para ese año 2035, que marcará la primera etapa del paso a la propulsión eléctrica y que debe finalizar en 2050, cuando se espera que todos los países de la Unión Europea alcancen la neutralidad climática.
De este modo, si traducimos estos ambiciosos planes a cifras concretas, significa que la Comisión Europea supone que en 2030 habrá 16 millones de camiones en circulación equipados con baterías de 75 kWh cada una.
Según han calculado los expertos del Tribunal, la producción de baterías debería pasar de 44 GWh a 1.200 GWh en 2030 para poder hablar de una aplicación planificada del programa de electromovilidad cinco años después.
En este punto… ¿Qué es lo que no le gusta al Tribunal de Cuentas Europeo? Que se siga dependiendo en gran medida de proveedores de fuera del continente, sobre todo de China, que se ha hecho con casi el 80% del mercado. Mientras tanto, la Unión Europea y Estados Unidos solo son capaces de gestionar cada uno el 7% del mercado de baterías, y Corea del Sur apenas el 5%.
Aunque la Comisión Europea ha aportado una enorme cantidad de dinero para la producción regional de baterías de iones de litio, los avances han sido lentos. La Comisión ha invertido más de 1.700 millones de euros en subvenciones y préstamos entre 2014 y 2020, a los que hay que añadir los 6.000 millones con los que 12 Estados miembros de la UE han apoyado a los fabricantes de baterías.
Las cifras son abrumadoras, ya que se espera que la inversión de la UE en el sistema de producción de baterías alcance los 14.000 millones de euros en 2031. Por otro lado, el Tribunal también reprocha a la Comisión Europea que no haya tenido en cuenta en sus planes las consecuencias de la guerra entre Ucrania y Rusia y su principal consecuencia el enorme aumento de los precios de la energía, sobre todo porque esta industria requiere un gran gasto en este sentido.